El desafío del Derecho Penal Internacional: El juicio a las grandes potencias.
Desde la II Guerra Mundial, la Comunidad Internacional fue testigo de un creciente desarrollo del Derecho Penal Internacional como una herramienta para perseguir y castigar aquellas “atrocidades que desafían la imaginación y conmueven profundamente la conciencia de la humanidad”, que no deben ni pueden quedar sin castigo, para lograr “poner fin a la impunidad de los autores de esos crímenes y a contribuir así a la prevención de nuevos crímenes”, concordantemente con los Fines, Propósitos y Principios establecidos en la carta de las Naciones Unidas.
Sin embargo y más allá de los importantes avances en la Justicia Penal Internacional aún queda por resolver la cuestión de los principales potencias políticas, económicas y militares del mundo, entre las que valdría agregar también a Israel que tampoco ha ratificado el Estatuto, con el agravante de que parte de ellos son miembros permanentes con poder de Veto del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cuyo papel redunda, entre otros, en velar por la paz y la seguridad internacional y evitar la impunidad de aquellas personas que atenten contra estos fines.
